Marengo

Mareng
Sí. Me llevaste a París.
Ese es el recuerdo de hoy.
Acababas de tener tu Marengo.
Estabas pletórico, animoso,
Y, por qué no decirlo, algo insoportable.
Aunque en aquellos días yo no pudiera verlo así.

Lo que da de sí una semana.
Paseos a orillas del Sena, Nôtre Dame, El Louvre…
Champs Élysées, la tour Eiffel,
Le Sacré Coeur, Montmartre…

¿Estábamos?
Caminamos sobre adoquines,
Nos sentamos en los bancos del boulevard.
Me encargaste un retrato bohemio.
Pero no me compraste flores.
Eché de menos
Una rosa.

Marengo, no era blanco.
Tu estatura tampoco era sobrada.
Pronto empezaron las caídas.
Las batallas que dejan cicatrices.
Y tú como todos, al fin,
Tuviste tu Waterloo.

Y yo quedé, espectadora de la historia.
Testigo de la montaña rusa de la vida.
Invierno ruso.
Frío invierno.
Lejos de París…

Janto

Janto y Balio
¿Qué pintaba yo en un drama de hombres?
Compañeros, eros. Compañera, era.
¿Realmente, quién?

Venganza, ni fuerza, ni lucha, ni tregua.
Desenlace.
Y el humo de la pira elevándose al cielo
Con lamentos de besos perdidos.

No hubo ni rapto, ni fiesta,
Ni acabó la guerra.

Aquí brilló el sol, la ceguera
les impidió seguirte.
Palabra de caballo
que marca tu destino, no el mío.

Alcanzado por un héroe,
o un dios.
Locura final.

Genitor

Genitor

Detrás del sol
esperando la llegada del príncipe,
implorando una lluvia sanadora
que restaure mi alma.
 
Los cuchillos del tiempo amenazan
desde nubes lejanas
gotas que son lágrimas.

Mi puente se lo han llevado las aguas
porque el cimiento
sólo era arcilla.
 
Mientras mi alma se desliza para morir,
Padre
¿Cómo pude perderle?
¿Qué traté de hacer?
Cuántas veces he soñado
que él estaba aquí conmigo,
 
y busqué en los ojos de mi padre.
 
A César lo que es de César…
Y a Dios …
 
Alea jacta est…

Strategos

Anibal
Raptada del sur, hechizada
por ese aire moreno de arenas africanas.
bordeando el mar; Malaca, Cartago Nova, Saguntum,
recalar en Barcelona.

A nadie hubiera rendido cuentas,
ni pedido consejo,
bálsamo para el espíritu oprimido.

Y ese viaje a Italia cruzando las montañas…

Pero tras una cumbre siempre hay otra.
Coronada una, otra más alta…
Siempre he tenido una batalla cuesta arriba.
empeñada en seguir aquellos éxitos
incontestables.

Sólo querías tirar de mi, llevarme arrastras,
Imposible.

Alguna vez tenías que perder,
sentir que los tuyos te dan la espalda,
gustar la hiel de la derrota.

Pero ¿por qué el suicidio del ser?
No me pidas que te siga.

No rendirse en la subida,
Eso es todo.
Continuar subiendo,
mantener la fe.

Othar

1

Mi presente estaba arrasado y yermo.
 
Sobre mi espalda araron aradores,
alargaron sus surcos. Sal 129,3
 
Es imposible. La tierra abierta no brota.
Otra vez ese caballo. Se llama Othar.
No deja crecer la hierba bajo mis pies.
 
Azote de Dios, Azote de Dios.
Tal vez Roma se salvó, pero mi campo quedó baldío.
Las cenizas a las cenizas y mi nombre, proscrito,
ya no se pronuncia.

Parada en el silencio.
 
El invierno perdió su gris,
Llegó el verano, pero el sol
se apagó de repente,
sin lágrimas, sobre una tierra congelada.
 
A ti la razón.
A ti la fuerza.
A ti la elección.
 
Y a mi la huida.
 
Pero yo estoy viva,
y tú llegaste al fin.
 
https://www.youtube.com/watch?v=Vd_mCNXyH38

Bucéfalo

bucefalo

Seis años y vivir alejada de mis padres.
Tampoco es una historia tan original
aunque a ciertas edades sea difícil de entender.
Vivir a la sombra de otro.

El caballero es Alejandro,
joven y lleno de posibilidades,
aunque tal vez carente de un destino claro.
Capaz de conquistar cualquier meta,
pero incapaz de darle una proyección.
Para qué negarlo. Me subyugó… estuve a su merced.
El tiempo fue corto. Se acabó joven.
Y su montura “cabeza de buey” murió sólo un poco antes,
de viejo, probablemente.
Un joven cabalgando viejos proyectos.
Éxitos inmediatos, fulgurantes.

Un espíritu liberador me ha despertado
Después de experimentar el frío de la ausencia,
la ausencia de una mano firme.
Estaba viviendo en la sombra del sueño de otro.

¿Sabes? Bucéfalo temía a su sombra,
Sólo se pudo domar encarándolo al sol…
Deslumbrado.

Tengo lo que necesito,
Aunque sea aderezado con hierbas amargas.
Y un blog de caballos.
Y mi primera canción.

https://www.youtube.com/watch?v=HrqvMnYv9z8

 

Caballo y caballero

CAByCABpeq

Quien haya llegado a este blog en busca del príncipe azul y su cabalgadura, habrá errado. El caballero es un perseguidor; el caballo, su medio de amenaza.

Caballo y caballero quiere ser el eco de amenazas desvanecidas por una providencia amiga. Jinete y cabalgadura comparten destino en el mar insondable de la existencia.

Y cada desenlace resuena en alguna canción.